La independencia musical: mitos, realidades y expectativas

Así como el mundo de los largometrajes, que cuentan con sus productoras, directores y guionistas independientes, la industria musical también cuenta con muchos nombres que han logrado labrarse una carrera sin necesidad de tener que responderle a una gran compañía disquera.
Con el auge del Internet, las redes sociales, las plataformas de streaming, esto cada vez se ha hecho más usual. En los 90 sabíamos de algunas bandas que no entraban en el molde de los mainstream y por su estética se podía ver que eran “independientes”. Sin embargo, el término de la independencia en la música (a diferencia del cine) es un poco borroso, y a veces existen mitos que dictan lo que es y lo que no es indie.
Y lo cierto es que no hay tal cosa como una regla impuesta para ser un “verdadero” artista independiente.
¿Esto qué quiere decir? Pues que nada es como lo pintan.
No es una competencia. No es el independiente Vs. el que cuenta con una compañía que lo respalde. No es el real Vs. el falso o “comercial”.

La independencia en la música no significa no tener ninguna compañía o un inversor que crea en ti y tu talento, sino completa libertad creativa e, incluso, publicitaria y de imagen. Y hay que decirlo: esto no está necesariamente en contra de las grandes empresas.
Hay muchos artistas independientes que cuentan con un contrato con grandes record labels o grupos de management y publicidad, pero, aun así, conservan su independencia, entre otros derechos como el copyright de sus canciones y, en algunos casos, sus masters.
Realmente depende del tipo de contrato que hayan conseguido. Hay muchos artistas que desde el inicio firman con una compañía, que invierte enormes cantidades de dinero y, para respaldarse, conservan los derechos de algunos materiales.
Más o menos fue esto lo que sucedió a Taylor Swift con Big Machine Records. Sin embargo, con su música, Swift hizo crecer esta compañía que más tarde se convirtió en división de UMG y terminó costando cientos de millones de dólares.

En otros casos, existen artistas que, gracias a las redes, consiguen fans y logran captar la atención de ejecutivos que les ofrecen contratos “más suaves”, con los que pueden negociar muchas cláusulas y conservar su dirección creativa.
Eso no significa que dejarán de ser independientes, porque lo cierto es que muy probablemente sean ellos mismos los que armen su equipo de trabajo y elijan la forma de crear la música, sino que detrás de ellos hay una maquinaria que los ayuda a distribuir y llegar a un público más grande.
En realidad, hay más ventajas que desventajas en estar respaldado por un grupo de expertos, grande o pequeño, que crea en tu música y esté dispuesto a darte su apoyo (monetario) por un acuerdo.

Solo es importante recordar que, al momento de lanzarte a una aventura musical, debes saber qué es lo que realmente quieres y cómo lograrlo. Y recordar que el fin no justifica los medios: no sacrifiques tus derechos por la fama, pues podrías arrepentirte más adelante.
Confía en tu talento, tus gustos y explora todo lo que haya que explorar en cuanto a la música: ¡Experimenta y dale forma a tu visión! Sin olvidar, por supuesto, en apoyarte en otros artistas y expertos que puedan ayudarte a hacer realidad lo que buscas.
Busca aquella compañía, aquel equipo, cuya filosofía sea principalmente: el arte.
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